1 - 14 Texto Bíblico
1 Por tanto, a los ancianos entre vosotros, exhorto yo, anciano como ellos y testigo de los padecimientos de Cristo, y también participante de la gloria que ha de ser revelada: 2 pastoread el rebaño de Dios entre vosotros, velando por él, no por obligación, sino voluntariamente, como [quiere] Dios; no por la avaricia del dinero, sino con sincero deseo; 3 tampoco como teniendo señorío sobre los que os han sido confiados, sino demostrando ser ejemplos del rebaño. 4 Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, recibiréis la corona inmarcesible de gloria. 5 Asimismo, [vosotros] los más jóvenes, estad sujetos a los mayores; y todos, revestíos de humildad en vuestro trato mutuo, porque DIOS RESISTE A LOS SOBERBIOS, PERO DA GRACIA A LOS HUMILDES. 6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte a su debido tiempo, 7 echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros. 8 Sed [de espíritu] sobrio, estad alerta. Vuestro adversario, el diablo, anda [al acecho] como león rugiente, buscando a quien devorar. 9 Pero resistidle firmes en la fe, sabiendo que las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en vuestros hermanos en [todo] el mundo. 10 Y después de que hayáis sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, que os llamó a su gloria eterna en Cristo, Él mismo [os] perfeccionará, afirmará, fortalecerá [y] establecerá. 11 A Él [sea] el dominio por los siglos de los siglos. Amén. 12 Por conducto de Silvano, [nuestro] fiel hermano (porque así [lo] considero), os he escrito brevemente, exhortando y testificando que esta es la verdadera gracia de Dios. Estad firmes en ella. 13 La que está en Babilonia, elegida juntamente con vosotros, os saluda, y [también] mi hijo Marcos. 14 Saludaos unos a otros con un beso de amor fraternal. La paz sea con todos vosotros, los que estáis en Cristo.
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