2 Reyes

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25

Kingcomments
Nederlands Deutsch English Français Português Română Español
  • Inicio
  • Información
  • Estudios biblicos
  • Antiguo Testamento
    • Génesis
    • Éxodo
    • Levítico
    • Números
    • Deuteronomio
    • Josué
    • Jueces
    • Rut
    • 1 Samuel
    • 2 Samuel
    • 1 Reyes
    • 2 Reyes
    • 1 Crónicas
    • 2 Crónicas
    • Esdras
    • Nehemías
    • Ester
    • Job
    • Salmos
    • Proverbios
    • Eclesiastés
    • Cantar de los Cantares
    • Isaías
    • Jeremías
    • Lamentaciones
    • Ezequiel
    • Daniel
    • Oseas
    • Joel
    • Amós
    • Abdías
    • Jonás
    • Miqueas
    • Nahum
    • Habacuc
    • Sofonías
    • Hageo
    • Zacarías
    • Malaquías
  • Nuevo Testamento
    • Mateo
    • Marcos
    • Lucas
    • Juan
    • Hechos de los Apóstoles
    • Romanos
    • 1 Corintios
    • 2 Corintios
    • Gálatas
    • Efesios
    • Filipenses
    • Colosenses
    • 1 Tesalonicenses
    • 2 Tesalonicenses
    • 1 Timoteo
    • 2 Timoteo
    • Tito
    • Filemón
    • Hebreos
    • Santiago
    • 1 Pedro
    • 2 Pedro
    • 1 Juan
    • 2 Juan
    • 3 Juan
    • Judas
    • Apocalipsis

2 Reyes 7

Los dos exilios

1 - 20 Texto bíblico

1 - 20 Texto bíblico

1 Entonces Eliseo dijo: Oíd la palabra del SEÑOR. Así dice el SEÑOR: «Mañana como a esta hora en la puerta de Samaria, una medida de flor de harina se [venderá] a un siclo, y dos medidas de cebada a un siclo». 2 Y el oficial real en cuyo brazo se apoyaba el rey, respondió al hombre de Dios, y dijo: Mira, aunque el SEÑOR hiciera ventanas en los cielos, ¿podría suceder tal cosa? Entonces [Eliseo] dijo: He aquí, tú lo verás con tus propios ojos, pero no comerás de ello. 3 Y había cuatro leprosos a la entrada de la puerta, y se dijeron el uno al otro: ¿Por qué estamos aquí sentados esperando la muerte? 4 Si decimos: «Vamos a entrar en la ciudad», como el hambre está en la ciudad, moriremos allí; y si nos sentamos aquí, también moriremos. Ahora pues, vayamos y pasemos al campamento de los arameos. Si nos perdonan la vida, viviremos; y si nos matan, pues moriremos. 5 Y se levantaron al anochecer para ir al campamento de los arameos. Y cuando llegaron a las afueras del campamento de los arameos, he aquí, no había allí nadie. 6 Porque el Señor había hecho que el ejército de los arameos oyera estruendo de carros y ruido de caballos, el estruendo de un gran ejército, de modo que se dijeron el uno al otro: He aquí, el rey de Israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los reyes de los hititas y a los reyes de los egipcios, para que vengan contra nosotros. 7 Por lo cual se levantaron y huyeron al anochecer, y abandonaron sus tiendas, sus caballos y sus asnos [y] el campamento tal como estaba, y huyeron para [salvar] sus vidas. 8 Cuando llegaron los leprosos a las afueras del campamento, entraron en una tienda y comieron y bebieron, y se llevaron de allí plata y oro y ropas, y fueron y [lo] escondieron; y volvieron y entraron en otra tienda y de allí [también] se llevaron [botín,] y fueron y [lo] escondieron. 9 Entonces se dijeron el uno al otro: No estamos haciendo bien. Hoy es día de buenas nuevas, pero nosotros estamos callados; si esperamos hasta la luz de la mañana, nos vendrá castigo. Vamos pues, ahora, y entremos a dar la noticia a la casa del rey. 10 Y fueron y llamaron a los guardas de la puerta de la ciudad, y les informaron, diciendo: Fuimos al campamento de los arameos, y he aquí que no había allí nadie, ni siquiera voz de hombre; solamente los caballos atados, también los asnos atados y las tiendas intactas. 11 Y los guardas de la puerta llamaron, y [lo] anunciaron dentro de la casa del rey. 12 Entonces el rey se levantó de noche y dijo a sus siervos: Ahora os diré lo que los arameos nos han hecho. Saben que estamos hambrientos; por tanto han salido del campamento para esconderse en el campo, diciendo: «Cuando salgan de la ciudad, los tomaremos vivos y entraremos en la ciudad». 13 Y uno de sus siervos respondió, y dijo: Deja que algunos [hombres] tomen cinco de los caballos que quedan, [de los] que quedan en la ciudad. He aquí, ya que [les sucederá] como a toda la multitud de Israel que queda en la ciudad (como a toda la multitud de Israel que [ya] ha perecido), he aquí, vamos a enviar[los] y veamos. 14 Entonces tomaron dos carros con caballos, y el rey [los] envió en pos del ejército de los arameos, diciendo: Id y ved. 15 Y los siguieron hasta el Jordán, y he aquí, todo el camino estaba lleno de vestidos e impedimenta que los arameos habían arrojado en su prisa. Entonces los mensajeros volvieron e informaron al rey. 16 Y el pueblo salió y saqueó el campamento de los arameos. Entonces una medida de flor de harina se vendió a un siclo y dos medidas de cebada a un siclo, conforme a la palabra del SEÑOR. 17 Y el rey puso a cargo de la puerta al oficial real en cuyo brazo se apoyaba; pero el pueblo lo atropelló a la puerta y murió, tal como había dicho el hombre de Dios, el cual habló cuando el rey descendió a él. 18 Aconteció tal como el hombre de Dios había hablado al rey, cuando dijo: Mañana a estas horas a la puerta de Samaria serán [vendidas] dos medidas de cebada a un siclo y una medida de flor de harina a un siclo. 19 Y el oficial real, había respondido al hombre de Dios, diciendo: Mira, aunque el SEÑOR hiciera ventanas en los cielos, ¿podría suceder tal cosa? Y [Eliseo] dijo: He aquí, tú lo verás con tus propios ojos, pero no comerás de ello. 20 Y así sucedió, porque el pueblo lo atropelló a la puerta, y murió.

Explicación aún no disponible

Leer más en 2 Reyes 8

© Copyright

© La Biblia de las Americas Copyright © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif. All rights reserved For Permission to Quote Information visit www.lockman.org

© 2025 Autor G. de Koning
© 2025 Diseño del sitio web E. Rademaker


Privacy policy

Google Play