1 - 20 Texto Bíblico
1 Guarda tus pasos cuando vas a la casa de Dios, y acércate a escuchar en vez de ofrecer el sacrificio de los necios, porque estos no saben que hacen el mal. 2 No te des prisa en hablar, ni se apresure tu corazón a proferir palabra delante de Dios. Porque Dios está en el cielo y tú en la tierra; por tanto sean pocas tus palabras. 3 Porque los sueños vienen de la mucha tarea, y la voz del necio de las muchas palabras. 4 Cuando haces un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque Él no se deleita en los necios. El voto que haces, cúmplelo. 5 Es mejor que no hagas votos, a que hagas votos y no los cumplas. 6 No permitas que tu boca te haga pecar, y no digas delante del mensajero [de Dios] que fue un error. ¿Por qué ha de enojarse Dios a causa de tu voz y destruir la obra de tus manos? 7 Porque en los muchos sueños y [en] las muchas palabras [hay] vanidades; tú, sin embargo, teme a Dios. 8 Si ves la opresión del pobre y la negación del derecho y de la justicia en la provincia, no te sorprendas del hecho, porque un oficial vigila sobre [otro] oficial, y [hay oficiales] superiores sobre ellos. 9 Con todo, es de beneficio para el país, que el rey mantenga cultivado el campo. 10 Él que ama el dinero no se saciará de dinero, y el que ama la abundancia no [se saciará de] ganancias. También esto es vanidad. 11 Cuando aumentan los bienes, aumentan [también] los que los consumen. Así, pues, ¿cuál es la ventaja para sus dueños, sino ver[los] con sus ojos? 12 Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho o [coma] poco; pero la hartura del rico no le permite dormir. 13 Hay un grave mal [que] he visto bajo el sol: las riquezas guardadas por su dueño para su mal; 14 cuando esas riquezas se pierden por un mal negocio, y él engendra un hijo, no queda nada para mantenerlo. 15 Como salió del vientre de su madre, desnudo, así volverá, yéndose tal como vino; nada saca del fruto de su trabajo que pueda llevarse en la mano. 16 Y también esto es un grave mal: que tal como vino, así se irá. Por tanto, ¿qué provecho tiene el que trabaja para el viento? 17 Además todos los días [de su vida] come en tinieblas, con mucha molestia, enfermedad y enojo. 18 He aquí lo que yo he visto que es bueno y conveniente: comer, beber y gozarse uno de todo el trabajo en que se afana bajo el sol en los contados días de la vida que Dios le ha dado; porque esta es su recompensa. 19 Igualmente, a todo hombre a quien Dios ha dado riquezas y bienes, lo ha capacitado también para comer de ellos, para recibir su recompensa y regocijarse en su trabajo: esto es don de Dios. 20 Pues él no se acordará mucho de los días de su vida, porque Dios lo mantiene ocupado con alegría [en] su corazón.
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