1 - 27 Texto bíblico
1 Tomó entonces Samuel la redoma de aceite, la derramó sobre la cabeza de Saúl, lo besó y le dijo: ¿No te ha ungido el SEÑOR por príncipe sobre su heredad? 2 Cuando te apartes hoy de mí, hallarás a dos hombres cerca del sepulcro de Raquel, en el territorio de Benjamín, en Selsa, y te dirán: «Las asnas que fuiste a buscar han sido halladas. Y he aquí, tu padre ha dejado de preocuparse por las asnas y está angustiado por vosotros, diciendo: “¿Qué haré en cuanto a mi hijo?” ». 3 De allí seguirás más adelante, llegarás hasta la encina de Tabor, y allí te encontrarás con tres hombres que suben a Dios en Betel, uno llevando tres cabritos, otro llevando tres tortas de pan y otro llevando un odre de vino; 4 ellos te saludarán y te darán dos [tortas] de pan, las cuales recibirás de sus manos. 5 Después llegarás a la colina de Dios donde está la guarnición de los filisteos; y sucederá que cuando llegues a la ciudad, allá encontrarás a un grupo de profetas que descienden del lugar alto con arpa, pandero, flauta y lira delante de ellos, y estarán profetizando. 6 Entonces el Espíritu del SEÑOR vendrá sobre ti con gran poder, profetizarás con ellos y serás cambiado en otro hombre. 7 Cuando estas señales te hayan sucedido, haz lo que la situación requiera, porque Dios está contigo. 8 Descenderás delante de mí a Gilgal, y he aquí, yo descenderé a ti para ofrecer holocaustos y sacrificar ofrendas de paz. Esperarás siete días hasta que venga a ti y te muestre lo que debes hacer. 9 Y sucedió que cuando él volvió la espalda para dejar a Samuel, Dios le cambió el corazón, y todas aquellas señales le acontecieron en aquel día. 10 Cuando llegaron allá a la colina, he aquí, un grupo de profetas [salió] a su encuentro; y el Espíritu de Dios vino sobre él con gran poder, y profetizó entre ellos. 11 Y sucedió que cuando todos los que le conocían de antes vieron que ahora profetizaba con los profetas, los del pueblo se decían unos a otros: ¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis? ¿Está Saúl también entre los profetas? 12 Y un hombre de allí respondió, y dijo: ¿Y quién es el padre de ellos? Por lo cual esto se hizo proverbio: ¿Está Saúl también entre los profetas? 13 Cuando acabó de profetizar vino al lugar alto. 14 Y un tío de Saúl le dijo a él y a su criado: ¿Adónde fuisteis? Y él respondió: A buscar las asnas. Cuando vimos que no aparecían, fuimos a Samuel. 15 Y el tío de Saúl dijo: Te ruego que me cuentes qué os dijo Samuel. 16 Y Saúl respondió a su tío: Nos hizo saber claramente que las asnas habían sido halladas. Pero [Saúl] no le contó acerca del asunto del reino que Samuel [le] había mencionado. 17 Después Samuel convocó al pueblo delante del SEÑOR en Mizpa; 18 y dijo a los hijos de Israel: Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: «Yo saqué a Israel de Egipto, y os libré del poder de los egipcios y del poder de todos los reinos que os oprimían». 19 Pero vosotros habéis rechazado hoy a vuestro Dios, que os libra de todas vuestras calamidades y vuestras angustias, y habéis dicho: «No, sino pon un rey sobre nosotros». Ahora pues, presentaos delante del SEÑOR por vuestras tribus y por vuestras familias. 20 Samuel hizo que se acercaran todas las tribus de Israel, y fue escogida por sorteo la tribu de Benjamín. 21 Entonces hizo que se acercara la tribu de Benjamín por sus familias, y fue escogida la familia de Matri. Y Saúl, hijo de Cis, fue escogido; pero cuando lo buscaron no lo pudieron hallar. 22 Volvieron, pues, a inquirir del SEÑOR: ¿Ha llegado ya el hombre aquí? Y el SEÑOR respondió: «He aquí, está escondido junto al bagaje». 23 Corrieron y lo trajeron de allí, y cuando estuvo en medio del pueblo, de los hombros arriba sobrepasaba a todo el pueblo. 24 Y Samuel dijo a todo el pueblo: ¿Veis al que el SEÑOR ha escogido? En verdad que no hay [otro] como él entre todo el pueblo. Entonces todo el pueblo gritó, y dijo: ¡Viva el rey! 25 Entonces Samuel dio al pueblo las ordenanzas del reino, y [las] escribió en el libro, el cual puso delante del SEÑOR. Y despidió Samuel a todo el pueblo, cada uno a su casa. 26 También Saúl se fue a su casa en Guibeá, y con él fueron los valientes cuyos corazones Dios había tocado. 27 Pero [ciertos] hombres indignos dijeron: ¿Cómo puede este salvarnos? Y lo menospreciaron y no le trajeron presente alguno. Mas él guardó silencio.
Explicación aún no disponible