1 - 22 Texto Bíblico
1 Entonces el SEÑOR me dijo: Toma para ti una tabla grande y escribe sobre ella en caracteres comunes: Veloz es el botín, rápida la presa. 2 Y tomé conmigo como testigos fieles al sacerdote Urías y a Zacarías, hijo de Jeberequías. 3 Me acerqué a la profetisa, y ella concibió y dio a luz un hijo. Y el SEÑOR me dijo: Ponle por nombre Maher-shalal-hash-baz; 4 porque antes que el niño sepa clamar «padre mío» o «madre mía», la riqueza de Damasco y el botín de Samaria serán llevados ante el rey de Asiria. 5 Y volvió el SEÑOR a hablarme de nuevo, diciendo: 6 Por cuanto este pueblo ha rehusado las aguas de Siloé que corren mansamente, y se ha regocijado en Rezín y en el hijo de Remalías, 7 por tanto, he aquí, el Señor va a traer sobre ellos las aguas impetuosas y abundantes del Eufrates, [es decir,] al rey de Asiria con toda su gloria, que se saldrá de todos sus cauces y pasará sobre todas sus riberas. 8 Fluirá con ímpetu en Judá, inundará y seguirá adelante, hasta el cuello llegará, y la extensión de sus alas llenará la anchura de tu tierra, oh Emmanuel. 9 Quebrantaos, pueblos, que seréis destrozados; prestad oído, confines todos de la tierra; ceñíos, que seréis destrozados; ceñíos, que seréis destrozados. 10 Trazad un plan, y será frustrado; proferid una palabra, y no permanecerá, porque Dios está con nosotros. 11 Pues así me habló el SEÑOR con gran poder y me instruyó para que no anduviera en el camino de este pueblo, diciendo: 12 No digáis: «[Es] conspiración», a todo lo que este pueblo llama conspiración, ni temáis lo que ellos temen, ni os aterroricéis. 13 Al SEÑOR de los ejércitos es a quien debéis tener por santo. Sea Él vuestro temor, y sea Él vuestro terror. 14 Entonces Él vendrá a ser santuario; pero piedra de tropiezo y roca de escándalo para ambas casas de Israel, [y] lazo y trampa para los habitantes de Jerusalén. 15 Muchos tropezarán allí, y caerán y serán quebrantados; serán enlazados y apresados. 16 Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos. 17 Aguardaré al SEÑOR que esconde su rostro de la casa de Jacob; sí, a Él esperaré. 18 He aquí, yo y los hijos que el SEÑOR me ha dado estamos por señales y prodigios en Israel, de parte del SEÑOR de los ejércitos que mora en el monte Sión. 19 Y cuando os digan: Consultad a los médium y a los adivinos que susurran y murmuran, [decid:] ¿No debe un pueblo consultar a su Dios? ¿[Acaso consultará] a los muertos por los vivos? 20 ¡A la ley y al testimonio! Si no hablan conforme a esta palabra, es porque no hay para ellos amanecer. 21 Y pasarán por la tierra oprimidos y hambrientos; y sucederá que cuando tengan hambre, se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios, volviendo el rostro hacia arriba. 22 Después mirarán hacia la tierra, y he aquí, tribulación y tinieblas, lobreguez [y] angustia, y [serán] lanzados a la oscuridad.
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