1 - 13 Texto Bíblico
1 Entonces alcé los ojos y miré, y he aquí, [vi] un hombre con un cordel de medir en la mano. 2 Y [le] dije: ¿Adónde vas? Y me respondió: A medir a Jerusalén para ver cuánta es su anchura y cuánta su longitud. 3 Y he aquí, cuando el ángel que hablaba conmigo salía, otro ángel le salió al encuentro, 4 y le dijo: Corre, habla a ese joven, y dile: «Sin muros será habitada Jerusalén, a causa de la multitud de hombres y de ganados dentro de ella. 5 Y yo seré para ella» —declara el SEÑOR— «una muralla de fuego en derredor, y gloria seré en medio de ella». 6 ¡Ea, ea! Huid de la tierra del norte —declara el SEÑOR— porque como a los cuatro vientos del cielo os dispersé yo —declara el SEÑOR. 7 ¡Ea, Sión, tú que moras con la hija de Babilonia, escápate! 8 Porque así dice el SEÑOR de los ejércitos, cuya gloria me ha enviado contra las naciones que os despojaron, porque el que os toca, toca la niña de su ojo: 9 He aquí, alzaré mi mano contra ellas, y serán despojo para sus esclavos. Entonces sabréis que el SEÑOR de los ejércitos me ha enviado. 10 Canta de júbilo y alégrate, oh hija de Sión; porque he aquí, vengo, y habitaré en medio de ti —declara el SEÑOR. 11 Y se unirán muchas naciones al SEÑOR aquel día, y serán mi pueblo. Entonces habitaré en medio de ti, y sabrás que el SEÑOR de los ejércitos me ha enviado a ti. 12 Y el SEÑOR poseerá a Judá, su porción en la tierra santa, y escogerá de nuevo a Jerusalén. 13 Calle toda carne delante del SEÑOR, porque Él se ha levantado de su santa morada.
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