1 - 28 Texto bíblico
1 He aquí todo [esto] han visto mis ojos, lo ha escuchado y entendido mi oído. 2 Lo que vosotros sabéis yo también lo sé; no soy menos que vosotros. 3 Pero quiero hablar al Todopoderoso, y deseo argumentar con Dios. 4 Mas vosotros sois forjadores de mentiras; todos vosotros sois médicos inútiles. 5 ¡Quién diera que guardarais completo silencio y se convirtiera esto en vuestra sabiduría! 6 Oíd, os ruego, mi razonamiento, y prestad atención a los argumentos de mis labios. 7 ¿Hablaréis por Dios lo que es injusto y diréis por Él lo que es engañoso? 8 ¿Mostraréis por Él parcialidad? ¿Contenderéis por Dios? 9 ¿Os irá bien cuando Él os escudriñe, o le engañaréis como se engaña a un hombre? 10 Ciertamente Él os reprenderá si en secreto mostráis parcialidad. 11 ¿No os llenará de temor su majestad, y no caerá sobre vosotros su terror? 12 Vuestras máximas son proverbios de ceniza, vuestras defensas son defensas de barro. 13 Callad delante de mí para que pueda hablar yo; y venga sobre mí lo que [venga.] 14 ¿Por qué me he de quitar la carne con mis dientes, y poner mi vida en mis manos? 15 Aunque Él me mate, en Él esperaré; pero defenderé mis caminos delante de Él. 16 Esta también será mi salvación, porque un impío no comparecería en su presencia. 17 Escuchad atentamente mis palabras, y que mi declaración [llene] vuestros oídos. 18 He aquí ahora, yo he preparado mi causa; sé que seré justificado. 19 ¿Quién contenderá conmigo?, porque entonces me callaría y moriría. 20 Solo dos cosas [deseo] que hagas conmigo, y no me esconderé de tu rostro: 21 Que retires de mí tu mano, y que tu terror no me espante. 22 Entonces llámame, y yo responderé; o déjame hablar, y respóndeme tú. 23 ¿Cuántas son mis iniquidades y pecados? Hazme conocer mi rebelión y mi pecado. 24 ¿Por qué escondes tu rostro y me consideras tu enemigo? 25 ¿Harás que tiemble una hoja llevada [por el viento,] o perseguirás a la paja seca? 26 Pues escribes contra mí cosas amargas, y me haces responsable de las iniquidades de mi juventud. 27 Pones mis pies en el cepo, y vigilas todas mis sendas; pones límite a las plantas de mis pies, 28 mientras me deshago como cosa podrida, como vestido comido de polilla.
Explicación aún no disponible