1 - 37 Texto bíblico
1 Entonces prosiguió Eliú, y dijo: 2 Oíd, sabios, mis palabras, y vosotros los que sabéis, prestadme atención. 3 Porque el oído distingue las palabras, como el paladar prueba la comida. 4 Escojamos para nosotros lo que es justo; conozcamos entre nosotros lo que es bueno. 5 Porque Job ha dicho: «Yo soy justo, pero Dios me ha quitado mi derecho. 6 ¿He de mentir respecto a mi derecho? Mi herida es incurable, sin [haber yo cometido] transgresión». 7 ¿Qué hombre es como Job, que bebe el escarnio como agua, 8 que va en compañía de los que hacen iniquidad, y anda con hombres perversos? 9 Porque ha dicho: «Nada gana el hombre cuando se complace en Dios». 10 Por tanto, escuchadme, hombres de entendimiento. Lejos esté de Dios la iniquidad, y del Todopoderoso la maldad. 11 Porque Él paga al hombre [conforme a] su trabajo, y retribuye a cada cual conforme a su conducta. 12 Ciertamente, Dios no obrará perversamente, y el Todopoderoso no pervertirá el juicio. 13 ¿Quién le dio autoridad sobre la tierra? ¿Y quién ha puesto [a su cargo] el mundo entero? 14 Si Él determinara hacerlo así, si hiciera volver a sí mismo su espíritu y su aliento, 15 toda carne a una perecería, y el hombre volvería al polvo. 16 Pero si [tienes] inteligencia, oye esto, escucha la voz de mis palabras. 17 ¿Gobernará el que aborrece la justicia? ¿Y condenarás al Justo poderoso, 18 que dice a un rey: «Indigno», a los nobles: «Perversos»; 19 que no hace acepción de príncipes, ni considera al rico sobre el pobre, ya que todos son obra de sus manos? 20 En un momento mueren, y a medianoche se estremecen los pueblos y pasan, y los poderosos son quitados sin esfuerzo. 21 Porque sus ojos observan los caminos del hombre, y Él ve todos sus pasos. 22 No hay tinieblas ni densa oscuridad donde puedan esconderse los que hacen iniquidad. 23 Porque Él no [necesita] considerar más al hombre, para que vaya ante Dios en juicio. 24 Él quebranta a los poderosos sin indagar, y pone a otros en su lugar. 25 Pues Él conoce sus obras, de noche [los] derriba y son aplastados. 26 Como a malvados los azota en un lugar público, 27 porque se apartaron de seguirle, y no consideraron ninguno de sus caminos, 28 haciendo que el clamor del pobre llegara a Él, y que oyera el clamor de los afligidos. 29 Cuando está quieto, ¿quién puede condenar[le?;] y cuando esconde su rostro, ¿quién puede contemplarle?; esto es, tanto nación como hombre, 30 para que no gobiernen hombres impíos, ni sean lazos para el pueblo. 31 Porque ¿ha dicho alguno a Dios: «He sufrido [castigo,] [ya] no ofenderé [más;] 32 enséñame lo que no veo; si he obrado mal, no lo volveré [a hacer»?] 33 ¿Ha de retribuir Él según tus condiciones, porque tú has rehusado? Porque tú tienes que escoger y no yo, por tanto, declara lo que sabes. 34 Los hombres entendidos me dirán, y [también] el sabio que me oiga: 35 «Job habla sin conocimiento, y sus palabras no tienen sabiduría. 36 Job debe ser juzgado hasta el límite, porque responde como los hombres perversos. 37 Porque a su pecado añade rebelión; bate palmas entre nosotros, y multiplica sus palabras contra Dios».
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