1 - 12 Texto bíblico
1 Para el director del coro; sobre Gitit. Salmo de los hijos de Coré. ¡Cuán preciosas son tus moradas, oh SEÑOR de los ejércitos! 2 Anhela mi alma, y aun desea con ansias los atrios del SEÑOR; mi corazón y mi carne cantan con gozo al Dios vivo. 3 Aun el ave ha hallado casa, y la golondrina nido para sí donde poner sus polluelos: ¡tus altares, oh SEÑOR de los ejércitos, Rey mío y Dios mío! 4 ¡Cuán bienaventurados son los que moran en tu casa! Continuamente te alaban. (Selah) 5 ¡Cuán bienaventurado es el hombre cuyo poder está en ti, en cuyo corazón están los caminos [a Sión]! 6 Pasando por el valle de Baca lo convierten en manantial, también las lluvias tempranas lo cubren de bendiciones. 7 Van de poder en poder, [cada uno de ellos] comparece ante Dios en Sión. 8 ¡Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos, oye mi oración; escucha, oh Dios de Jacob! (Selah) 9 Mira, oh Dios, escudo nuestro, y contempla el rostro de tu ungido. 10 Porque mejor es un día en tus atrios que mil [fuera de ellos.] Prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios que morar en las tiendas de impiedad. 11 Porque sol y escudo es el SEÑOR Dios; gracia y gloria da el SEÑOR; nada bueno niega a los que andan en integridad. 12 Oh SEÑOR de los ejércitos, ¡cuán bienaventurado es el hombre que en ti confía!
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