1 - 6 Un remanente
1 Digo entonces: ¿Acaso ha desechado Dios a su pueblo? ¡De ningún modo! Porque yo también soy israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín. 2 Dios no ha desechado a su pueblo, al cual conoció con anterioridad. ¿O no sabéis lo que dice la Escritura en [el pasaje sobre] Elías, cómo suplica a Dios contra Israel: 3 Señor, HAN DADO MUERTE A TUS PROFETAS, HAN DERRIBADO TUS ALTARES; Y YO SOLO HE QUEDADO Y ATENTAN CONTRA MI VIDA? 4 Pero, ¿qué le dice la respuesta divina?: Me HE RESERVADO SIETE MIL HOMBRES QUE NO HAN DOBLADO LA RODILLA A BAAL. 5 Y de la misma manera, también ha quedado en el tiempo presente un remanente conforme a la elección de la gracia [de Dios]. 6 Pero si es por gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.
V1. Después de todo lo anterior, quizá te preguntes si Dios ha desechado a su pueblo. Como a varias preguntas anteriores, Pablo aquí también da esa respuesta tan clara: “¡De ningún modo!”. Pablo puede señalarse a sí mismo. ¿Acaso no es israelita? Él forma parte de la descendencia de Abraham, a quien Dios dio sus promesas. Además es de la tribu de Benjamín. Esta tribu casi desapareció de Israel, casi fue exterminada por las demás tribus, porque no quería juzgar el pecado. Eso puedes leerlo en Jueces 19, 20 y 21.
V2-3. Si Dios hubiera desechado a su pueblo, tampoco habría lugar para Pablo. No, Dios no ha desechado a su pueblo en su totalidad. Él lo conocía de antemano y sabía cómo iba a comportarse. La infidelidad del pueblo no fue una sorpresa para Dios. Más bien, le dio la oportunidad de mostrar su gracia de una manera muy clara.
Para ilustrarlo, Pablo señala lo que dice la Escritura en la historia de Elías. (Esta historia la encuentras en Primero de Reyes 18 y 19. Estoy seguro de que te impactará si la lees alguna vez.) En pocas palabras, se trata de lo siguiente: Elías había sido un héroe sobre el Carmelo, cuando se puso del lado de Jehová Dios contra los profetas falsos que decían que Baal era un dios. El pueblo miraba de lejos para ver cómo terminaría todo. Elías alcanzó allí una gran victoria para el Señor. Y el pueblo clamaba: “Jehová es Dios” (1Rey 18:39).
Pero cuando, un momento después, Jezabel le amenazó de muerte, Elías huyó. Desanimado del todo llega a Horeb, el monte de Dios. Y allí el hombre de Dios empieza a quejarse acerca del pueblo de Israel. Le cuenta a Dios todo lo que han hecho mal. Él es el único fiel. Y ahora, además, quieren matarlo (1Rey 19:1-14). ¿No hay razón suficiente para acusar al pueblo delante de Dios?
¿No te reconoces un poco a ti mismo en esta situación? Quizá (todavía) no. Yo sí. Es maravilloso vivir para el Señor y alcanzar éxitos para Él, como Elías en el Carmelo. Se oyen los gritos de júbilo del pueblo. No es para ti sino para el Señor y, sin embargo, es un poco para ti también. Precioso. Pero poco después recibes amenazas, burlas y risas y huyes corriendo. Nadie sale en tu defensa. ¡Qué solo y abandonado te sientes! Le dices a Dios: “Así no vale la pena. Yo soy el único que te sirve con fidelidad. Todos los demás sólo buscan su propia comodidad. Y ahora, además, tratan de callarme la boca”. Dirás que Dios debe estar de acuerdo contigo. ¿Acaso no es la verdad?
V4. Pero escucha la respuesta de Dios: “Pero dejaré siete mil en Israel” (1Rey 19:18). Ay, eso se siente. Dios siempre tiene muchas más personas fieles a Él, que las que tú y yo conocemos. En el caso de Elías aún eran siete mil, una cantidad perfecta. ¿Has leído bien lo que dice? “Me he reservado”. Eso significa que Dios mismo se ha encargado de ello.
V5-6. Por un momento he aplicado la historia de Elías de una manera personal al caso tuyo y al mío. Pero la intención de la referencia en Romanos 11 es mostrar que siempre hay un residuo del pueblo de Israel, escogido por gracia, aunque nosotros no lo veamos. Dios demuestra con eso que, aun bajo el juicio que debe ejercer sobre Israel, el rechazo del pueblo no es total. Para mayor claridad: Si hay un residuo, es por gracia y no con base en obras, o sea, no es que ese remanente lo haya ganado con méritos propios.
Una cosa más acerca de la acusación de Elías. ¿Sabes que esta es la única vez que en el Nuevo Testamento se menciona un pecado de un creyente del Antiguo Testamento? Esto no nos permite despreciar a Elías. Sigue siendo un ejemplo maravilloso de valor por la fe. Él se enfrentó solo a esa multitud de sacerdotes idólatras, mientras que de los siete mil no se vio ni uno.
Pero tan pronto como se enaltece a sí mismo por su fidelidad y empieza a acusar a los demás delante de Dios, entonces Él le reprende. Acusar es un pecado que todos cometemos con mucha facilidad, pero es obra de Satanás. En Apocalipsis 12 él recibe el nombre de «acusador de nuestros hermanos» (Apoc 12:10b). Si observamos infidelidad en nuestros hermanos y hermanas, mejor hagamos lo que hace el Señor Jesús. Él es el intercesor, quien se dirige a Dios en favor de los suyos para pedir que Él los ayude para volver a ser fieles.
Lee de nuevo Romanos 11:1-6.
Para reflexionar: Recapacita si en tus oraciones acusas a tus hermanos o intercedes por ellos.
7 - 14 Caída y admisión de Israel
7 Entonces ¿qué? Aquello que Israel busca no lo ha alcanzado, pero los que fueron escogidos lo alcanzaron y los demás fueron endurecidos; 8 tal como está escrito: DIOS LES DIO UN ESPÍRITU DE ESTUPOR, OJOS CON QUE NO VEN Y OÍDOS CON QUE NO OYEN, HASTA EL DÍA DE HOY. 9 Y David dice: SU BANQUETE SE CONVIERTA EN LAZO Y EN TRAMPA, Y EN PIEDRA DE TROPIEZO Y EN RETRIBUCIÓN PARA ELLOS. 10 OSCURÉZCANSE SUS OJOS PARA QUE NO PUEDAN VER, Y DOBLA SUS ESPALDAS PARA SIEMPRE. 11 Digo entonces: ¿Acaso tropezaron para caer? ¡De ningún modo! Pero por su transgresión [ha venido] la salvación a los gentiles, para causarles celos. 12 Y si su transgresión es riqueza para el mundo, y su fracaso es riqueza para los gentiles, ¡cuánto más será su plenitud! 13 Pero a vosotros hablo, gentiles. Entonces, puesto que yo soy apóstol de los gentiles, honro mi ministerio, 14 si en alguna manera puedo causar celos a mis compatriotas y salvar a algunos de ellos.
V7. Si Dios escoge un remanente, lo hace por gracia y no porque ese residuo hubiera merecido algo. ¿Acaso contigo no sucedió lo mismo? Israel procuró construir una justicia propia ante Dios, pero no la obtuvo porque falló. Dios dio esa justicia a los escogidos. Los demás fueron endurecidos. Dios endurece a una persona cuando ya no queda ninguna posibilidad de hacerla volver.
V8-10. Pablo muestra ese endurecimiento en un testimonio triple del Antiguo Testamento. Cita versículos de los profetas (Isaías), de la ley (Deuteronomio) y de los Salmos (Deut 29:4; Isa 29:10; Sal 69:23-24; 35:8). En Isaías y Deuteronomio, es Dios mismo quien ejerce este juicio de endurecimiento dándoles un espíritu de estupor, de somnolencia. La paciencia de Dios tiene fin. Y David en el Salmo 69 pide el juicio sobre Israel por haber desechado al Mesías, al Señor Jesús.
Tales peticiones no caben en nuestra boca. Vivimos en el tiempo de la gracia y podemos pedirle a Dios que perdone a nuestros enemigos. Así oró el Señor Jesús en la cruz: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Luc 23:34). Por eso ahora hay una oferta de gracia aun para el mayor pecador. Pablo es el gran ejemplo de ello. Él mismo dice que fue recibido a misericordia, siendo el principal pecador (1Tim 1:13-16). El remanente según la elección por gracia, también fue recibido a misericordia por la intercesión del Señor Jesús en la cruz. Pero los demás caerán bajo el juicio que Dios debe traer sobre ellos, porque llevaron a la muerte al Señor Jesús.
En el Antiguo Testamento, y también cuando la iglesia haya sido arrebatada, los que conforman el pueblo terrenal de Dios le piden que castigue lo malo. Él es el Dios de justicia, quien hace justicia a los suyos. En el futuro cercano, en la gran tribulación (entonces tú y yo estaremos en el cielo porque la iglesia ya habrá sido arrebatada), el residuo creyente será perseguido de manera espantosa y muchos serán muertos; pero entonces el Señor Jesús regresará a la tierra para librarlos (Zac 12:1-4; 14:1-4). Lo hará juzgando a los perseguidores. Muchos Salmos dejan entrever lo que sienten y piensan los creyentes en ese tiempo horrible. Allí lees sobre el deseo de liberación, una liberación que imploran a Dios pidiéndole que juzgue a sus enemigos. En esencia eso es lo que David hace aquí.
V11. Ahora podría surgir la pregunta si todo esto le sucedió a Israel con la intención de hacerlos caer. Aquí también se excluye cualquier motivo para ese pensamiento con la frase: “En ninguna manera”. No han tropezado para ser desechados. Pero ya que debían ser puestos a un lado, Dios ofreció la salvación a los gentiles. Lo hizo con la intención de provocar al pueblo de Israel a celos, a envidia. No debes interpretar estos celos en el sentido de que Israel no quisiera que los gentiles compartieran esa salvación, sino más bien para que Israel también empezara a desearla.
V12. Es bueno tener presente que esta riqueza vino a nosotros como consecuencia de la transgresión de Israel. No es cierto que se nos ofrezca la salvación porque nosotros seamos mejores en algún aspecto. Si por la transgresión y defección de Israel, que son negativas, vino tanta riqueza al mundo y a las naciones, ¡cuánta bendición vendrá para los pueblos a causa del arrepentimiento y la restauración de Israel! En aquel tiempo saldrá una bendición enorme de ese pueblo, de la cual participarán el mundo entero y todas las naciones. Esto sucederá en el reino de paz que durará mil años.
V13-14. Aunque Pablo sea el apóstol de los gentiles, sigue vinculado con el pueblo de Israel de alma y corazón. Él observa la situación actual de endurecimiento del pueblo. También está pendiente de una restauración futura. Su tesón en la obra para el Señor está ligado de manera muy estrecha con este pueblo.
Cuando habla de “algunos de ellos”, quiere decir que no espera poder traer al arrepentimiento a todo el pueblo. Ve como una honra para su ministerio si por el evangelio pudiera hacer salvos a algunos de ese pueblo. En este tiempo, el remanente elegido por gracia está constituido por aquellos pocos israelitas que se convierten ahora.
Lee de nuevo Romanos 11:7-14.
Para reflexionar: ¿Cuál es tu actitud hacia Israel?
15 - 17 El testimonio de Dios en la tierra
15 Porque si el excluirlos a ellos es la reconciliación del mundo, ¿qué será [su] admisión, sino vida de entre los muertos? 16 Y si el primer pedazo [de masa] es santo, también lo es [toda] la masa; y si la raíz es santa, también lo son las ramas. 17 Pero si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo un olivo silvestre, fuiste injertado entre ellas y fuiste hecho participante con ellas de la rica savia de la raíz del olivo,
V15. La exclusión de Israel significaba que la oferta de reconciliación podía extenderse al mundo, a las naciones. En Segunda a los Corintios 5 dice que en Cristo, Dios estaba reconciliando consigo al mundo (2Cor 5:19). Esto no significa que todo el mundo en efecto esté reconciliado con Dios. Esto sólo es cierto para quienes reconocen que para ellos mismos era necesario que Cristo hiciera el trabajo de reconciliación.
No existe tal cosa como la «reconciliación universal». La doctrina de la reconciliación universal afirma que todos, incluso el diablo y sus ángeles, serán salvos. Las personas que defienden esta idea preguntan si acaso Dios no es un Dios de amor. ¡Pero no te dejes engañar al respecto! La Biblia habla muy claro sobre un juicio eterno, por ejemplo en Apocalipsis 20 (Apoc 20:9-11).
En nuestra porción, se trata del lugar que, delante de Dios, ocupan Israel por un lado y las naciones por el otro. En este momento, Dios no tiene ningún trato manifiesto con Israel como nación. Cuando Israel como pueblo haya sido recibido de nuevo (lo cual sucederá con seguridad), eso no será otra cosa que vida de entre los muertos. Una descripción vivaz de esa resurrección la puedes encontrar en Ezequiel 37 (Eze 37:1-14).
V16. Dios quiere tener un pueblo en la tierra que rinda testimonio de Él, que anuncie sus virtudes. En el pasado Israel no logró dar un testimonio del único Dios verdadero, y aun hasta este momento no está en condiciones de hacerlo. En la actualidad el cristianismo debe dar ese testimonio. ¿Pero acaso lo ha hecho mejor que Israel?
La porción que sigue, en Romanos 11 a partir del versículo 16, es muy importante. Te enseñará a comprender algo del procedimiento de Dios con Israel ahora y en el futuro, así como del procedimiento de Dios con el cristianismo. Tanto de Israel como del cristianismo, Dios esperaba que dieran testimonio de Él en este mundo.
¿Qué éxito tuvieron en su tarea? Esto es lo que Pablo muestra con la comparación del olivo y sus ramas. Desarrolla la idea de la siguiente manera: En el versículo 16 primero lees acerca de primicias y masa restante. Primicias son los primeros frutos de la cosecha. Son santas, es decir, apartadas para el Señor. De estas primicias, por ejemplo de la primera recolección del trigo, se hace una masa para obtener pan. De manera automática esta masa también es santa. Este pensamiento también se aplica a la raíz de un árbol y sus ramas. Estos dos ejemplos, primicias/masa y raíces/ramas, quieren decir entonces que si el origen es santo, también es santo todo lo que proviene de ese origen.
V17. A continuación se habla sobre un olivo silvestre, un árbol del cual se desgajan algunas ramas que luego son injertadas en un olivo (bueno, según el versículo 24). Así, estas ramas del olivo silvestre ahora participan de la raíz y de la rica savia del (buen) olivo. También del buen olivo fueron desgajadas algunas ramas. Eso sucedió para que hubiese espacio para las ramas que habían sido cortadas del olivo silvestre.
Ahora debes tratar de comprender lo que Pablo quiere decir con este lenguaje simbólico. Es evidente que se trata de símbolos, si se observa que le habla a las ramas como si fueran personas e incluso hace que las ramas hablen. De modo que representan personas.
Volvemos un momento al versículo 16. Como ya se indicó, la raíz simboliza el origen del cual crece algo que se hace visible en la tierra. En el versículo 17 resulta entonces el siguiente cuadro:
1. Algunas ramas (= la parte incrédula del pueblo de Israel) fueron cortadas (= puestas a un lado por Dios).
2. Otras ramas quedaron en donde estaban (= un residuo creyente).
3. En el lugar de las ramas desgajadas fueron injertadas algunas ramas del olivo silvestre (= creyentes de entre los gentiles).
4. Por eso estos gentiles, que antes no tenían derecho a nada, recibieron parte en la raíz y la savia del olivo (= recibieron parte en las promesas y la bendición dadas a Abraham y a su descendencia).
Antes de terminar esta sección debes recordar muy bien una cosa: En esta porción se trata del testimonio de Dios en la tierra y cómo Dios lo evalúa. Tanto Israel como el cristianismo son responsables de la manera en la que dan su testimonio acerca de Dios. Dios no pudo mantener a Israel como su testigo. El cristianismo reemplaza a Israel como testigo de Dios sobre la tierra. Pero ¿los cristianos logran mejor su cometido que Israel? Eso lo veremos en la próxima sección.
Lee de nuevo Romanos 11:15-17.
Para reflexionar: ¿De qué manera puedes anunciar las virtudes de Dios? Lee 1Ped 2:9.
18 - 22 Antes de la caída es la altivez
18 no seas arrogante para con las ramas; pero si eres arrogante, [recuerda que] tú no eres el que sustenta la raíz, sino que la raíz es [la que te sustenta] a ti. 19 Dirás entonces: Las ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado. 20 Muy cierto; fueron desgajadas por su incredulidad, pero tú por la fe te mantienes firme. No seas altanero, sino teme; 21 porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, tampoco a ti te perdonará. 22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; severidad para con los que cayeron, pero para ti, bondad de Dios si permaneces en [su] bondad; de lo contrario también tú serás cortado.
V18. Nosotros, los cristianos, somos ahora los portadores del testimonio que Dios quiere dar de sí mismo en este mundo. Israel, que falló en esa tarea, ha sido puesto de lado. Existe el peligro de que los cristianos nos ufanemos de la posición que Dios nos ha dado, en el sentido de pensar: “Nosotros somos mejores que Israel”. Quien tenga una mínima idea del testimonio que tienen los cristianos en este mundo, no pensará en jactarse. Piensa solamente en Irlanda del Norte y otros países, en donde distintos grupos de «cristianos» se han combatido a muerte durante siglos.
A eso se añade el hecho de que Dios nos ha encomendado este testimonio por pura gracia. Sólo de esa manera hemos recibido parte en las bendiciones que Dios quería dar a su pueblo. Nosotros, gentiles por nacimiento, no teníamos derecho a nada. Recuerda que no sustentamos nosotros a la raíz, sino que la raíz nos sostiene a nosotros. (Si olvidaste lo que significa este simbolismo, vuelve a leer la sección anterior.)
V19-20. Ahora podría decirse: “Todo eso está muy bien, pero de todas maneras es un hecho que el Israel incrédulo fue puesto a un lado por Dios y que nosotros fuimos colocados en su lugar”. ¡Cierto! Pero no olvides la razón por la cual Israel fue puesto a un lado. Por su incredulidad han perdido este lugar en la tierra. Desecharon a Dios y a su Hijo y no les escucharon.
El hecho de que nosotros ocupemos su lugar no se debe a que seamos mejores. Y para poder conservar esa posición debemos estar en pie por la fe. Aquí la fe no se refiere a la confianza personal, sino a las verdades aceptadas por fe. Aquí no se trata del hecho de que creamos, sino más bien de qué es lo que creemos. El cristianismo deberá aferrarse a toda la Biblia, de manera muy estricta, para que Dios pueda mantenerlo como su testimonio en la tierra. Allí, en la Biblia, tenemos las verdades de la fe.
V21-22. Recibimos de Pablo la advertencia de no caer en soberbia. El cristianismo como conjunto no debe pensar que Dios pasará por alto su pecado. Si no le temen a Él tendrán que correr la misma suerte que Israel. De otras porciones bíblicas se concluye con claridad que el cristianismo como conjunto también se apartará y tendrá que ser desgajado por Dios. Ese desarrollo de infidelidad creciente ya puede verse en la actualidad. En muchas congregaciones se proclaman enseñanzas sobre la obra y la persona del Señor Jesús que no están de acuerdo con la Biblia.
Cada vez más se habla del cristianismo como de una religión equivalente a otras religiones mundiales. Así se pierde la gran diferencia que existe entre todas esas religiones y el cristianismo. ¿Acaso el cristianismo no es la única religión que provee la solución para que un ser humano pueda reconciliarse con Dios? Esa reconciliación sólo es posible a través del Señor Jesús, quien dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Jn 14:6). Eso excluye cualquier otra posibilidad. El Señor Jesús no es una posibilidad al lado de otras posibilidades. También muchos utilizan el cristianismo para perseguir fines políticos. De esta manera se pierde todo el testimonio acerca de quién es Dios y quién es el Señor Jesucristo.
El hombre fue colocado en la tierra para servir a Dios. El cristiano tiene en la Biblia instrucciones acerca de cómo debe hacerlo. Y sólo está en condiciones de realizarlo por la fe en Cristo y en su obra cumplida. Pero cada vez más, la fe se está convirtiendo en un asunto vacío. Gran parte de las verdades concernientes a la fe ya han sido abandonadas y mucho más será dejado de lado. Hasta el resultado final, el cual será la caída total de la fe cristiana. La palabra de Dios nos enseña que el cristianismo no se mantiene en pie por la fe.
¿Significa eso que tú o yo podemos perdernos? Para que no te confundas al respecto, diré algo sobre esto en la siguiente sección.
Lee de nuevo Romanos 11:18-22.
Para reflexionar: En el versículo 20, ¿qué significa la expresión: “No seas altanero, sino tem”?
23 - 29 Todo Israel será salvo
23 Y también ellos, si no permanecen en [su] incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para injertarlos de nuevo. 24 Porque si tú fuiste cortado de lo que por naturaleza es un olivo silvestre, y contra lo que es natural fuiste injertado en un olivo cultivado, ¿cuánto más estos, que son las [ramas] naturales, serán injertados en su propio olivo? 25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis sabios en vuestra propia opinión: que a Israel le ha acontecido un endurecimiento parcial hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; 26 y así, todo Israel será salvo; tal como está escrito: EL LIBERTADOR VENDRÁ DE SIÓN; APARTARÁ LA IMPIEDAD DE JACOB. 27 Y ESTE ES MI PACTO CON ELLOS, CUANDO YO QUITE SUS PECADOS. 28 En cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección [de Dios], son amados por causa de los padres; 29 porque los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables.
Terminé la sección anterior con esta pregunta: ¿Puede concluirse de Romanos 11 versículo 22 que tú y yo podemos perdernos, aunque creamos en el Señor Jesús? La respuesta la lees en Juan 10 (Jn 10:28-29). Quien una vez ha llegado a ser hijo de Dios, sigue siendo hijo de Dios por la eternidad. Por desgracia, es posible que a veces te comportes de una manera que no corresponde a un hijo de Dios. Eso tiene que ver con tu propia responsabilidad personal. Si tú como hijo de Dios pecas, debes confesarlo.
Pero en nuestra porción, en cambio, se trata de la responsabilidad del testimonio del cristianismo como conjunto sobre la tierra, el cual ha reemplazado al testimonio de Israel como pueblo. Y si ese testimonio como conjunto fracasa, entonces Dios no puede mantenerlo, así como no mantuvo a Israel. En aquel pueblo también había israelitas que tenían una buena relación personal con Dios. Pero en general era un pueblo que no se preocupaba de Dios.
Así también sucede con el cristianismo. Algunos de los que se llaman cristianos mantienen una relación con Dios basada en una fe personal. Pero el cristianismo en general, ha dado una interpretación humana a la vida de fe. Ya no se pregunta por los pensamientos de Dios. Ya no se consulta la Biblia. Por eso, dentro de poco Dios no podrá reconocer más al cristianismo, en su totalidad, como su testimonio en la tierra y tendrá que juzgarlo.
Así pues, debes distinguir entre tu propia responsabilidad personal delante de Dios y lo que Dios espera del cristianismo como conjunto. Espero que esto aclare un poco en qué consiste la diferencia.
V23-25. Ahora seguimos con el versículo 23. Allí Pablo dice que Israel volverá a ocupar la posición de testimonio de Dios en la tierra. Se trata de un misterio. Un misterio es algo que no se conocía en la antigüedad, en el tiempo del Antiguo Testamento, y que ahora se da a conocer. El misterio mencionado aquí se refiere a la exclusión y admisión de Israel, mientras que en el período intermedio Dios recibiría otro pueblo para su nombre. Esto era algo desconocido en el tiempo del Antiguo Testamento.
Para no caer en la arrogancia respecto a ti mismo, debes recordar que el endurecimiento o la ceguera no ha venido sobre todo Israel, sino sobre una parte. Aunque esa parte sea la enorme cantidad de los israelitas incrédulos, sin embargo queda un residuo, acerca del cual ya leíste.
V26. Este residuo formará aquel “todo Israel” que será salvo. Todos los israelitas impíos e incrédulos habrán perecido por el juicio. Lo que queda, es entonces “todo Israel”. Dios continúa con este «nuevo» Israel “hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles”. Esta expresión significa que el tiempo del testimonio cristiano en la tierra ha alcanzado su plenitud, es decir, que ha llegado a su fin. Dios ha tenido que cortarlo (versículo 22) porque no permaneció en la bondad. Después Israel volverá a ser el objeto de su amor.
El Libertador viene de Sion para librar a su pueblo de los enemigos que quieren destruirlos. Muchas profecías del Antiguo Testamento describen cómo sucederá todo esto. Además de destruir a los enemigos, el Libertador apartará la impiedad de su pueblo.
V27. Cuando Dios quite sus pecados, el pueblo obtendrá la seguridad de que Él, de todas maneras, cumplirá el pacto establecido con ellos. Porque para disfrutar de verdad las bendiciones de Dios, es indispensable que el alma esté libre de la carga de sus pecados. El peso inmenso que oprimirá el alma del pueblo será haber desechado al Señor Jesús. Ellos lo confesarán y Dios les perdonará. En Zacarías 12 a 14 está descrito, de una manera amplia y conmovedora, cómo sucederá todo esto.
V28-29. Dios cumplirá su propósito respecto a su pueblo terrenal. Lo que ha prometido también lo hará; Él no se vuelve atrás. Es cierto que Israel se comporta como enemigo ante la predicación del evangelio, pero cuando se trata de la elección, Dios los ama porque son descendientes de los padres Abraham, Isaac y Jacob. ¿Acaso Dios no les dio sus promesas? El cumplimiento de esas promesas se tuvo que aplazar a causa de la infidelidad del pueblo. Pero para Dios, aplazar no es cancelar. Él no se vuelve atrás de sus promesas. Él no se arrepiente de lo que, en su gracia, ha asignado a su pueblo ni del propósito con el cual lo ha llamado.
Lee de nuevo Romanos 11:23-29.
Para reflexionar: ¿Qué es un misterio?
30 - 36 ¡A Él sea la gloria!
30 Pues así como vosotros en otro tiempo fuisteis desobedientes a Dios, pero ahora se os ha mostrado misericordia por razón de la desobediencia de ellos, 31 así también ahora estos han sido desobedientes, para que por la misericordia mostrada a vosotros, también a ellos ahora les sea mostrada misericordia. 32 Porque Dios ha encerrado a todos en desobediencia para mostrar misericordia a todos. 33 ¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos! 34 Pues, ¿QUIÉN HA CONOCIDO LA MENTE DEL SEÑOR?, ¿O QUIÉN LLEGÓ A SER SU CONSEJERO?, 35 ¿O QUIÉN LE HA DADO A ÉL PRIMERO PARA QUE SE LE TENGA QUE RECOMPENSAR? 36 Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él [sea] la gloria para siempre. Amén.
V30. Los últimos versículos del capítulo 11 son un resumen de todo lo que Pablo ha expuesto en los capítulos anteriores. En aquellos capítulos se ha mostrado con claridad que nosotros, que por origen pertenecemos a los gentiles, no creíamos en Dios. Por creer el evangelio, la buena nueva de Dios, hemos recibido misericordia.
V31. Pero también hemos visto que el evangelio vino a los gentiles después de que los judíos no respondieron a los muchos llamados de Dios para que se convirtieran. Y cuando vieron que la gracia se extendía a los gentiles, no pudieron soportarlo y se hicieron enemigos del evangelio. En el libro de los Hechos encuentras esta situación cada vez de nuevo. Por asumir esa posición, los judíos quedaron ante Dios en el mismo lugar que ocupaban antes los gentiles. Así como nosotros los gentiles antes no creíamos, ahora los israelitas no creen.
V32. El propósito de Dios con esto es mostrarnos que todos, sin excepción, son incrédulos. En consecuencia, ahora la misericordia de Dios se extiende a todos, sin excepción. Él quiere demostrar que es misericordioso. ¿Cómo podría hacerlo mejor sino mostrando primero que todos necesitan esa misericordia?
V33. Esto conduce a Pablo a la alabanza de los versículos 33-36. Aquí admira la sabiduría y la ciencia de Dios. La sabiduría de Dios la vemos en el Señor Jesús. En Primera a los Corintios 1 dice que Él es «sabiduría de Dios» (1Cor 1:30). ¿A quién se le hubiera ocurrido jamás resolver de esta manera los problemas que habían surgido por el pecado del hombre? Dios tiene un conocimiento perfecto de todo lo que ha sucedido y también sabe cómo obrar con justicia perfecta. En ello se esconde una profundidad de riqueza que para nosotros es insondable, incomprensible.
En esta porción, los juicios de Dios se refieren a la manera como Él juzga la situación resultante o a la comprensión perfecta que Él tiene de esa situación. En sus juicios, Dios se eleva muy por encima de nosotros. Para el hombre ya no había ninguna perspectiva. No podía aportar ninguna solución. Lo único que podía hacer era agravar el pecado. Ahora Dios ha empezado a actuar. ¿Quién puede comprender sus caminos, es decir, la forma en la cual Él procedió? ¿Cierto que nadie? Ahora que Él concluyó su obra en Cristo, podemos admirarlo.
V34-35. ¿Quién hubiera podido idear jamás esta salida, sino sólo Dios? ¿Dios necesitaría un consejero para desarrollar este plan? ¿Quién hubiera podido ser? Todo lo que Dios posee de sabiduría y medios, lo tiene en sí mismo. Él no necesita buscar esos recursos en otros. En todo el universo no hay un poder superior a Dios mismo. Al lado de Dios no hay nadie que pueda darle algo que Él necesite y para lo cual Él tuviera que dar algo en compensación. Sólo Dios es independiente.
V36. De Él provienen todas las cosas. Todo se origina en Él. En Romanos 4 ya viste que Dios llama las cosas que no son, como si fueran (Rom 4:17b). Dios realizó la creación a partir de sí mismo. Todas las fuentes tanto de la materia como de la sabiduría y la ciencia están en Él mismo.
Pero las cosas no sólo provienen de Dios, sino que Él mismo también las estableció todas. Después de la frase “de Él”, dice “por Él”. Dios no sólo es el origen sino también quien realiza todas las cosas. No sólo tuvo la idea sino que también la llevó a cabo.
Y todo también es “para Él”. Dios mismo es el gran objetivo en el cual desembocan todos sus propósitos y todos sus trabajos. Él se glorifica a sí mismo en todo lo que hace. Lo asombroso, lo admirable y lo que despertará nuestra adoración por la eternidad, es que Dios quiso involucrarte en sus planes. Tú tendrás el privilegio de servir por toda la eternidad para resaltar su gloria. ¿No es abrumador pensar en quién eras antes y cuál era tu destino, para ver ahora que Dios te ha dado un lugar tan maravilloso?
Con toda seguridad te unes a Pablo para decir: “A Él [sea] la gloria para siempre”. Lo único que puede añadirse a esto es: Amén. Me hace pensar en Apocalipsis 5, donde después de la alabanza también sigue ese «amén», seguido del cual los ancianos se postran y adoran (Apoc 5:12-14). Ya no se escuchan palabras. Los corazones se pierden en admiración ilimitada, inexpresable, de Dios y del Cordero. Amén.
Lee de nuevo Romanos 11:30-36.
Para reflexionar: Medita un poco más en el versículo 36.